No hablaba español pero sí el lenguaje universal de la música.
Joaquín llegó a vivir a la ciudad sin hablar español, únicamente lengua indígena tzotzil. Está en proceso de convertirse en técnico dental, pero para sustentar sus gastos se apoya en la música.
En Chiapas únicamente hablaba Tzotzil, pero como miles de personas, con su familia, migró al norte, hasta Tijuana para buscar una mejor calidad de vida. Llegar y adaptarse fue muy difícil porque no hablaba español.
Su escaparate fue uno de los lenguajes universales: la música, que aprendió por influencia de sus tíos. Joaquín toca varios instrumentos pero el que más le gusta es el violín.
Todos los días camina y se traslada en transporte público, desde donde vive hasta el centro de la ciudad, empezó a tocar en las calles porque los eventos sociales donde lo contrataban disminuyeron drásticamente a raíz de la pandemia.
Joaquín está estudiando para ser técnico dental y con el dinero que le da la gente que lo escucha en las calles puede pagar su carrera y comprar los materiales.
Por falta de dinero llegó a retrasar sus estudios, pero eso lo hizo sacar la casta porque muchos otros se hubieran rendido. «Joaquín Violinista» como lo conocen en redes sociales es un ejemplo de tenacidad y tan sólo con conocer parte de su historia estoy seguro que cumplirá todos sus sueños.