Decisión evita alza masiva en precios de productos tecnológicos para consumidores.
El gobierno estadounidense anunció la exclusión de importantes productos tecnológicos de los aranceles impuestos a China, beneficiando específicamente a teléfonos inteligentes, computadoras portátiles y microchips. Esta medida protege a estos artículos de los gravámenes del 145% que Estados Unidos había establecido y del 125% con que China respondió en la reciente escalada comercial entre ambas potencias.
La decisión llega como un respiro para los consumidores y las grandes empresas tecnológicas, particularmente para Apple y Samsung, cuyos productos hubieran experimentado aumentos de precio de hasta el 70%. Analistas sugieren que la administración Trump cedió ante las presiones del sector tecnológico y el riesgo de un impacto económico negativo, aunque mantiene los aranceles para otros productos industriales.
Esta exención temporal pone en evidencia la fuerte dependencia que tiene Estados Unidos de los productos electrónicos fabricados en China, un sector que representa importaciones por 127,000 millones de dólares anuales. La medida implica un reconocimiento tácito de que reubicar estas cadenas de producción en territorio estadounidense sería un proceso que tomaría varios años.
La exclusión se produce en un contexto donde Taiwan Semiconductor Manufacturing Company anunció una importante inversión de 12,000 millones de dólares para construir una planta en Arizona, lo que podría haber influido en la decisión del gobierno estadounidense. Sin embargo, los analistas advierten que estas exenciones podrían ser revisadas en un plazo de 90 días, dependiendo de cómo evolucionen las negociaciones comerciales entre ambos países.
La medida no afecta los aranceles del 25% mantenidos sobre productos como acero, aluminio y automóviles.
