Ya son más de 10 años de la muerte de Marisela Escobedo.
Marisela Escobedo fue una enfermera y comerciante mexicana que sufrió e investigó el feminicidio de su hija de 16 años, Rubí Marisol, a manos de su pareja Sergio Rafael Barraza. Pese a haber confesado el crimen, el culpable fue liberado lo que orilló a Marisela a exigir justicia. Lamentablemente, por eso, también fue asesinada.
Hace 10 años le arrebataron la vida frente al Palacio de Gobierno en la capital de Chihuahua. En el lugar activistas siguen clamando justicia, pues aunque las autoridades señalaron a dos culpables (ahora muertos) consideran que el principal sospechoso es el hermano de Sergio Rafael, actualmente preso en Estados Unidos por otro delito.
Del asesinato de la hija, de Rubí, cuyo cuerpo fue encontrado en su natal Ciudad Juárez, se sigue pidiendo justicia. Sergio Rafael murió en un enfrentamiento con militares tras unirse al cártel de Los Zetas, pero hubo personas que lo encubrieron o no hicieron su trabajo para que pagara con cárcel.
La casa donde vivían en Ciudad Juárez está abandonada y vandalizada, únicamente se observan algunos recibos que siguen llegando a nombre de Marisela. Los negocios, como la maderería de su ex pareja, también fueron cerrados.
Enrique Alejando Frayre Escobedo, al igual que sus hermanos y otros familiares, vive exiliado en Estados Unidos, trabaja en una empresa de tecnologías y está tratando de consolidar su carrera como músico. Además de perder a su mamá y su hermana lo difícil fue empezar de cero en otro país.
Los asesinatos de Marisela y Rubí Marisol cambiaron la vida de sus seres queridos y de todo un país porque las tres muertes de Marisela Escobedo despertaron la conciencia del pueblo mexicano herido por la ineficacia del sistema que sigue sin garantizar la seguridad de las mujeres.