Estilo diferente a nuestra época pero apegado a sus tradiciones.
Los rarámuri o tarahumaras son nativos de la Sierra Madre Occidental en México, de los Estados de Chihuahua, Durango y Sonora. Su definición etimológica es la de «los de pies ligeros» y a pesar de la modernidad, muchos siguen viviendo en cuevas.
Doña Petra Piñeira tiene 80 años y su vida la ha pasado en una cueva a las afueras de Creel, uno de los llamados Pueblos Mágicos Mexicanos.
Vive con dos de sus hijas, nietas y hasta bisnietas. Sus camas, mesas, sillas, la cocina están entre las rocas, se aluzan y obtienen el calor con lamparas y leña. A las afueras de la cueva, en tambos y cubetas acumulan el agua para sus necesidades.
Han desarrollado una capacidad de resistencia increíble a las inclemencias del tiempo pues es una zona en la que en el invierno se registran las temperaturas más bajas en todo México.
Subsisten de lo que cosechan y de las artesanías que venden a quienes pasan y se detienen por la carretera, aunque este año no fue bueno en la siembra por lo que dependen mucho de los turistas que por la pandemia también se redujeron, aún así la vida en la cueva no la cambian.
Rarámuris, los que viven en las cuevas, un estilo diferente a nuestra época pero apegado a sus tradiciones ancestrales.