Despliegue militar y alambres de púas en la frontera obligan a migrantes a regresar a México.
El blindaje de la frontera entre México y Estados Unidos con alambres de púas y el despliegue de miles de militares ha incrementado la dificultad para los migrantes que intentan cruzar de manera irregular. Estas medidas, junto con la eliminación del programa de asilo CBP One, han obligado a muchos migrantes a regresar a sus países de origen o buscar oportunidades en México, según activistas.
El gobierno de Estados Unidos ordenó recientemente el despliegue de entre 2,500 y 3,000 soldados adicionales, que se suman a los 4,200 ya asignados a labores de seguridad fronteriza en colaboración con la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza. Estas acciones han impactado fuertemente a la comunidad migrante, que huye de la violencia, inseguridad y pobreza en sus países.

José María García Lara, director del Albergue Juventud 2000 en Tijuana, señaló que desde la llegada de Donald Trump a la presidencia, muchos migrantes se han quedado estancados. Mientras que antes albergaban a 140 personas gracias al programa CBP One, ahora solo tienen alrededor de 55 migrantes. García Lara destacó que, aunque el flujo migratorio ha disminuido, la amenaza de deportaciones masivas sigue latente.
A pesar de las dificultades, los activistas advierten que los migrantes podrían buscar rutas más peligrosas y alejadas para intentar cruzar en el futuro. La situación refleja un cambio en las dinámicas migratorias, con más personas optando por permanecer en México ante las crecientes restricciones en la frontera.
