El país registra 17% en pérdidas de energía.
El robo de energía por ciudadanos de todos los estratos sociales es uno de los grandes problemas en México.
Durante los primeros seis meses de 2020, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) detectó 2.33 millones de sistemas de medición irregulares, conocidos como diablitos, lo que derivó en una pérdida de dos mil 578 millones de pesos.
Es un acto de conciencia, los ciudadanos saben que roban la energía, pero las razones son diversas, unos porque no quieren pagar y otros porque, aunque quieren no tienen el servicio regular como el señor Damián Custodio Ramos que vive en un asentamiento en la ciudad fronteriza de Tijuana.
Don Pedro Bojórquez también vivió años, como se dice, colgado de la luz, hasta que hace unos meses las autoridades le instalaron medidor.
Pero el mayor robo de energía no lo cometen quienes tienen menos recursos; Rolando Escobedo, experto en energías en el noroeste de México, aseguró que son los que tienen el servicio regular, a través de medidores análogos o de disco y que ponen diablitos o puentes de energía para pagar menos consumo.
Para darnos una idea global, de acuerdo con un estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) el promedio de pérdidas de energía eléctrica en América Latina es del 16% y México tiene un 17% mientras que la referencia internacional es del 8%.
