Instalaron la única malla metálica de este tipo que hay en Tijuana.
Desde hace años, Estados Unidos le ha reclamado a México la contaminación en ríos, arroyos y mares que comparten y que provoca que mueran miles de seres vivos, pero el tema ambiental a través de su historia poco le ha importado a las autoridades mexicanas.
El arroyo de la subcuenca Los Laureles recorre más de 36 colonias en la delegación de Playas de Tijuana, donde la gente tira su basura y cuando llueve, el agua la arrastra hasta el océano pacífico que comparten estos países.
Ante la indiferencia de los gobiernos mexicanos, organismos internacionales están intentando solucionarlo: Wild Coast o Costa Salvaje, gracias a una convocatoria global obtuvo recursos para un proyecto que está desarrollando en esta zona.
El primer objetivo es limpiar el arroyo, que la basura no llegue a la frontera, y ahí es clave la labor de los residentes contratados por Costa Salvaje, como el señor Raúl Antonio que todos los días acude al arroyo a levantar los residuos solidos.
Para reforzar esta tarea, Wild Coast colocó en el arroyo una malla metálica para detener los sólidos; nueve meses tardaron las autoridades en darles los permisos de instalación.
Pero el mayor reto es concientizar a la población porque el dinero alcanzará para dos o tres años y la idea es que a largo plazo la comunidad se apropie del proyecto y le de seguimiento por lo que tiene que ser redituable.
En colaboración con Ecoce, asociación ambiental creada por empresas mexicanas, le pagan con productos a quienes junten envases y empaques reciclables. Daniela por ejemplo, una residente del área, juntó en dos semanas 15 kilos de material reciclable y los canjeó por jugos y paletas para los niños en su casa.