Miles asistieron al evento por los 250 años del Ejército, marcado por protestas, tensión política y elogios al poder militar.
El presidente Donald Trump encabezó un desfile militar en Washington D.C. para conmemorar el 250 aniversario del Ejército de Estados Unidos, coincidiendo con su cumpleaños número 79. El evento, cargado de simbolismo, se desarrolló en medio de protestas nacionales, una tragedia política en Minnesota y una creciente tensión global.
“Ya era hora de que Estados Unidos celebrara sus victorias”, afirmó Trump en un discurso breve pero enérgico. Sin hacer alusiones partidistas directas, el mandatario reiteró frases asociadas con su retórica combativa: “Nuestros soldados luchan, luchan, luchan y ganan, ganan, ganan”.
A lo largo del National Mall desfilaron más de 6,600 soldados, 150 vehículos militares, helicópteros, y aviones de combate. Algunos sobrevuelos fueron cancelados por mal clima, mientras la lluvia ligera y los fuertes vientos forzaron a adelantar el evento. El costo estimado del desfile, entre 25 y 40 millones de dólares, provocó duras críticas de opositores políticos.
La coincidencia del evento con el cumpleaños de Trump alimentó denuncias de culto a la personalidad. “No celebramos líderes, celebramos la Constitución”, declaró el congresista demócrata Adam Smith. Manifestantes en varias ciudades, bajo el lema “No hay reyes”, denunciaron lo que consideran una apropiación militar con fines personales.
El evento se llevó a cabo tras una semana marcada por el despliegue militar en Los Ángeles y el asesinato de la legisladora estatal Melissa Hortman y su esposo en un ataque con motivación política, según autoridades. La tensión se reflejó en una seguridad extrema, con francotiradores en los techos, controles reforzados y vigilias de grupos opuestos en el perímetro.
Aunque algunos asistentes dijeron estar allí solo para honrar al Ejército, el acto dejó al descubierto la polarización actual. “Estoy aquí por mi país, no por el presidente”, dijo un participante. Otros, como familiares de militares, defendieron la celebración como un justo reconocimiento al servicio y la historia de las fuerzas armadas.