Pontífice convaleciente se presenta en silla de ruedas para bendición Urbi et Orbi.
Un papa Francisco visiblemente afectado por su reciente infección respiratoria apareció este Domingo de Resurrección en el balcón de la Basílica de San Pedro para dirigir su tradicional mensaje de Pascua. Aunque delegó la lectura completa del discurso en el maestro de ceremonias Diego Ravelli debido a su frágil estado de salud, el pontífice hizo un conmovedor llamado por el cese al fuego en Gaza, la liberación de rehenes y la ayuda humanitaria urgente para la población afectada.
Con voz débil pero firme en su mensaje, Francisco expresó su cercanía con el sufrimiento de palestinos e israelíes, haciendo especial énfasis en la protección de civiles y trabajadores humanitarios. «No podemos permitirnos olvidar que lo que está en la mira no es un mero objetivo, sino personas con un alma y una dignidad», afirmó en referencia a los ataques contra hospitales y escuelas.
El líder católico también abordó otros conflictos globales, incluyendo la crisis en Yemen y la situación de las comunidades cristianas en Oriente Medio. Hizo un llamado contundente contra la carrera armamentista mundial, instando a los líderes políticos a destinar recursos al combate del hambre y el desarrollo en lugar de incrementar sus arsenales.
Tras la bendición, un Francisco sonriente pero frágil recorrió la Plaza San Pedro en su papamóvil, saludando brevemente a los miles de fieles que acudieron a pesar de las preocupaciones por su salud. Su mensaje final, «Feliz Pascua», resonó como un símbolo de esperanza en medio de los conflictos que actualmente sacuden al mundo.
