A pesar del primer lugar, homicidios disminuyeron comparado con años anteriores.
De los más de dos mil 400 municipios en México, Tijuana es el más violento, es la ciudad donde a más personas les han arrebatado la vida y aunque las autoridades municipales, estatales y federales han prometido solucionar este tipo de inseguridad, ninguna lo ha logrado.
La principal versión de los gobernantes acerca de esta situación es que la mayoría de los homicidios se deben a la pugna entre cárteles del narcotráfico y que más del 85% de las personas asesinadas se dedicaban a esta actividad, sin embargo, también hay víctimas colaterales.
Yurem Abdiel un niño de apenas seis años de edad jugaba en el patio de su casa en la colonia Mariano Matamoros, detrás de una barda y un cerco que supuestamente lo protegían. Su madre nunca imaginó que hasta en su propio hogar una bala podría arrebatarle a quien más amaba.
Se trató de un enfrentamiento entre un presunto delincuente y policías. El sospechoso fue abatido, pero en los disparos el menor fue alcanzado por las balas. Ahora varios agentes continúan siendo investigados.
En el año 2020 Tijuana registró dos mil muertes violentas, lo que significa que en promedio cada día entre cinco y seis personas perdieron la vida por este delito.
El temor de ser víctimas de algún ilícito ha hecho a la mayoría de los residentes de esta ciudad cambiar sus hábitos como no salir de noche, no pasar por ciertas áreas, reforzar medidas de seguridad personal o de su patrimonio, ir acompañados, por mencionar algunos.
Cada autoridad, dependiendo del orden de gobierno al que pertenece, señala que desde su trinchera se está haciendo lo que se puede con lo que se tiene, destacando una reducción en comparación con 2019 y 2018 donde se rebasaron las dos mil muertes violentas por cientos cada año.
Sin embargo para el sector empresarial y el Consejo Ciudadano de Seguridad Pública todo parte desde el origen: la falta de un plan integral que refuerce el tejido social, la profesionalización de las corporaciones de seguridad y la impartición de justicia.
Aunque existen muchos esfuerzos para proyectar una imagen positiva de Tijuana, la sombra de la inseguridad es una realidad imposible de esconder, por ello desde hace años se le considera la ciudad más violenta de México y las cifras lo avalan.
